miércoles, 1 de octubre de 2008

BENIJO A LAS PALMAS DE ANAGA - BENIJO. 6 DE JULIO DEL 2.008

Caserío de Las Palmas De Anaga abajo


Mi idea era como ya dije, llevar a Fredi desde las Carboneras, hasta Taborno por el barranco, para luego acercarnos hasta el roque Taborno. Pero fue uno de esos días que se tuercen en las cumbres de Anaga (agua, viento, niebla y mucho frió ). Como siempre, subíamos muy temprano por la carretera de las Mercedes, después de haber parado en la Plaza del Cristo ya saben a que. Aunque estábamos en pleno mes de Julio, parecía un día de invierno. Los arboles del monte se entrelazaban entre si y la niebla y el viento se acumulaban entre ellos formando un bosque fantasmagorico que te hacia sentirte inquieto, aunque atraído por su belleza. Pasamos el restaurante de la Cruz del Carmen y seguimos hasta el mirador del Pico del Ingles, para echar un vistazo. No se veía una eso....Nos pusimos los abrigos y estuvimos curioseando un poco por el antiguo restaurante en ruinas que allí se encuentra. Yo sabia de antemano que no podríamos hacer el pateo. Bajamos hasta casi las carboneras y dimos la vuelta en donde pudimos. Le dije a Fredi que cogiera hacia Taganana y así lo hizo. La carretera estaba bastante peligrosa, por lo que íbamos muy despacio, por el miedo a decruzarnos con algún loco dominguero. No empezamos a coger buen tiempo hasta cruzar el túnel de Taganana. Cuando cruzas este túnel, el tiempo es totalmente diferente,siempre lo recuerdo así. Aparece la costa soleada, el tiempo no tiene nada que ver con el que dejamos 300 metros mas atrás. Bajamos muy despacio por una carretera con una pendiente muy pronunciada, casi sin quitar los ojos de los Roques de Anaga. A Los Roques era donde yo quería casi llegar, muy cerquita, a Las Palmas de Anaga. Fredi me pregunto a donde íbamos. Le dije que de Benijo a las Palmas de Anaga, pero no lo conocía. ("Me miraba desconfiado"). ¡Mira a ver en donde me vas a meter pedazo de cab....!. ("Tranquilo, son un par de horitas paseando por la costa"). En realidad era un entresijo de subidas y bajadas bastante jodidas. Yo había hecho esta caminata varias veces, de Chamorga a Taganana, pasando por Roque Bermejo y también al contrario. Paramos el coche en Benijo, justo en la puerta de un restaurante y en donde comienza la pista que nos lleva al Draguillo y que nos llevara luego a Las Palmas de Anaga. Tomamos un cortado en el restaurante. Había una terraza con unas vistas espectaculares. Desde la playa de Benijo hasta los roques de Anaga. Nos cargamos los bártulos como siempre y empezamos a caminar por una pista con suave pendiente, desde donde veíamos todo un espectacular paisaje costero, desde la Punta del Hidalgo, pasando por Taganana, Roque de las Bodegas, Almaciga, Benijo y los Roques de Anaga. Por encima de nosotros, los altos del Draguillo. Bejeque, Veroles, Tabaibas, Dragos,....Toda una vegetación termofila. La carretera de tierra por la que íbamos se inclinaba un poco mas. Decir que por esta carretera circulan coches hasta el caserío del Draguillo. El mal tiempo se había clavado en las cumbres, aunque parecía que nos iba a comer de un momento a otro. El sendero comienza a la derecha de las primeras casas. Es estrecho y en un principio con escalones uniformes de piedras. El cuerpo ya lo teníamos calentito, pero aquí los cuádriceps te empiezan a hervir y el aliento a faltar, hasta que uno se acostumbra. Hay que tomarlo con calma pues la subidita se las trae. La ultima vez que la hice, estaba a tope físicamente ("Bebía, fumaba, trasnochaba, no me bañaba, o sea era un pibe"). Llevaba 20 kilos en la espalda y casi tiro la mochila por los riscos pa bajo. Parábamos cada 40 metros aproximadamente. La verdad es que me encontraba bastante cómodo subiendo. Pero la subida a Fredi se le estaba haciendo bastante penosa. Estoy pensando en dar la vuelta. Se lo digo a Fredi y me dice que no, que seguimos. ("Si te da un yeyo te risco cabr...."). El sendero tiene partes muy estrechas y con muchas piedras sueltas, en donde un resbalón te haría rodar unos cuantos cientos de metros. A beses nos jugamos la vida inconscientemente, pero si realmente quieres ver la belleza de este lugar no te queda otra que caminar por estos senderos de cabras Poco poco y con unas cuantas paradas, llegamos a una pequeña recta, que nos anuncia el principio de la bajada a los caseríos de Las Palmas de Anaga. ¡Que luego sera subida!...Las nubes siguen enganchadas en las cumbres del Draguillo. Fredi esta sentado respirando con dificultad y con una mano en el pecho, adquiriendo un color blanco tirando a plomizo. Empiezo a preocuparme en serio por Fredi. Decido terminar el pateo aquí, pero Fredi sigue en sus treces de seguir. Me pongo a observar la bajada y la verdad, no la recordaba así. Estábamos en un mirador increíble, me senté al lado de Fredi y cerré los ojos un rato, para poder sentir los sonidos de este lugar: Las gaviotas, el mar rompiendo en las rocas, el sonido del aire que bajaba de las montañas, las aguilillas, el olor del musgo en la costa, el olor de las plantas de las montañas....Era una mezcla de sensaciones increíbles y que aun sentí mas cuando abrí los ojos. Me sentí trasladado a otro lugar del planeta. Mientras tanto Fredi seguía sentado recuperándose y yo aprovechaba para hacer unas fotos. Sacar buenas fotos de los Roques de Anaga no es tan fácil, porque son de un material bastante calizo y cuando el sol les da de frente adquieren demasiada claridad. Se tienen que dar unas condiciones de luz muy buenas. Un rato después, empezamos a bajar, iba pensando el el estado físico
de mi amigo, pero cuando me di cuenta iba como un cohete, porque bajar, si que baja....El caserío de Anaga son unas casas aproximadamente del siglo XVII y están situadas en la única explanada del macizo de Anaga. Algunas están muy bien cuidadas y se notan que sus dueños las habitan, pero la principal, la que llaman la Hacienda esta muy abandonada. Es una casa típica canaria , con su gran patio central, en donde habitan dos grandes dragos. Se nota que alguien ha intentado cuidar esta patio, pero la gente que se queda por este lugar, lo han destrozado todo. Es una vergüenza para todo que sea amante de su tierra y quiera disfrutar de cosas como estas. Hornos de pan hechos en la piedra, hornos naturales enormes para cocinar todo tipo de alimentos, aljibes, piedra de lavar, lagar hecho en la piedra, bodega, cuarto de aperos, cocina con horno de leña, baños, corrales y varios cuartos mas. También tiene una ermita que permanece cerrada para que los desalmados no la destrocen. Antes de entrar aquí, estuvimos ojeando por el lugar, mirando en todas las casas que encontramos. Nos sentamos en la ultima casa por donde pasaba el sendero. Vivir aquí es un privilegio que ya me gustaría tener. Nos sentamos en un patio desde donde contemplábamos los roques. Estábamos prácticamente encima de ellos. Nos relajábamos admirando tanta belleza. Imaginense: Un sendero lleno de tuneras gigantescas, geranios en los bordes que están pegados a la casa, puertas verdes, ventanas verdes, paredes blancas techo de tejas canarias antiquísimas, aljibe. De frente al lado izquierdo, una palmera canaria, al lado derecho, un drago y en el centro Los Roques de Anaga, el ruido del mar y las gaviotas, todo desde una casa que probablemente tenga cientos de años. La estancia se nos hizo corta, pero suele pasar cuando estas muy a gusto. Después de un buen rato por la hacienda, decidimos retornar a Benijo. El sendero de cabras que subía y que se hacia imposible a la vista, nos esperaba con los brazos abiertos. Se iba hacer interminable. Poco a poco dejábamos atrás el caserío y los roques y con las ganas de haberme quedado mucho mas tiempo disfrutando de este lugar. (¡Fredi!, ¡Frediii!, ¡Freeediii! ). Llevaba un rato hablando y no me había dado cuenta de que estaba solo. Fredi se había quedado atrás. Volví a bajar como un tiro por el camino de cabras al no contestarme. Lo vi 40 metros mas abajo recuperando. ("¡Contesta coño!"). RESPUESTA: ("No tengo aire ni pa hablar"). me había dado un buen susto. ¡Vamos', 30 metros mas y llegamos!. Espere arriba sin perderlo del vista, a que llegara. Se sentó a mi lado y estuvimos un buen rato descansando. Ahora era todo prácticamente bajando, los cuadeiceps venían cargados y las rodillas iban a soportar casi todo el peso lo que hacia que las piernas se te fueran para todos lados. bueno creo que a mi amigo la vuelta a Benijo se le hizo eterna. Llegamos al restaurante con la intención de sentarnos en la terraza y contemplar la espectacular vista almorzando, pero no pudo ser, había mucha gente. De todas formas almorzamos muy a gusto, un buen pulpo guisado con papas arrugadas, una carne con papas, cervezas, refrescos, helados, café y la plena satisfacción de saber que para gozar de las cosas bellas, a veces hay que sufrir en el intento. El amigo Fredi dice que va a todos lados menos a Las Palmas de Anaga. Creo que este Pateo le creo un trauma. Pero todavía hay pateos mas duros y también muy bellos que hay que hacer "amigo mio "

Posdata: No me caí





















Casas de Las Palmas de Anaga






La Hcienda

Ermita

Patio interior de la Hacienda


Horno natural

Lagar hecho en la piedra

Restos de la cocina de la Hacienda

Pila de lavar



CARLOS ROJAS.

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