lunes, 19 de enero de 2009

AFUR-PLAYA DE TAMADITE-TAGANANA 12/10/2008

Como suelo, decir pateo de dos coches, uno en Taganana y el otro en Afúr. La verdad que la distancia de un coche a otro es bastante cansina por tanta curva. Con tan solo el desayuno, que lo quemas en cuestión de una media hora de pateo y el amigo Antonio que bajaba haciendo un ralla, el estomago se te queda como una pista de patinaje. Habíamos quedado en Taganana en la parada de guaguas (autobuses, para el que no es de mi tierra), justo enfrente de la subida que va a la tasca restaurante casa Picar, hacia las nueve menos cuarto de la mañana. Cogimos dirección hacia el caserío de Afúr, Auxi, Antonio, Fredi y yo (Caslo), Llegando a los aparcamientos, que están debajo mismo del bar de José Cañón. Hay un cartel informativo que dice: Taborno una hora y treinta y cinco minutos, playa Tamadite cuarenta y cinco minutos, Taganana una hora y treinta. ¡Mentiras!. Son tres horas y media desde Afúr hasta Taganana. Y digo yo si lo ponen así para que los guiris no cojan miedo. Eran las nueve y media de la mañana y el tiempo ya venia calentito. Poco a poco la humedad se levantaba mientras bajábamos el barranco. El barranco de Afúr, lleva agua todo el año y el sendero, como casi todos o todos lo de esta zona es una vereda de cabras. Hay algunos tramos que están protegidos por un valla de madera. De todas formas no hay que caminar con miedo por estos parajes, porque si es así mas vale quedarnos en casa viendo en la tele el National Geographic. El agua estaba empozada, ya que por esta fecha todavía no había llovido mucho. Pronto empezamos a ver unas cagadas de perros medias verdosas, (“Dios como apestaban esas cagadas”) típicas de los perros de caza, que pasan mas hambre que Carpantas (Personaje de los cómics o colorines, Pulgarcito). Y como estábamos en época de cazar conejos y todo bicho viviente que se moviera, no tardamos en ver a los dueños de los perros “Chiiiuuuu, chiiiiuuuuu, jooooo, jooooo”(Dueños de los perros llamando a estos). El calor empezaba a apretar , la calima empezaba aparecer en el horizonte y las montañas iban adquiriendo un tono azulado que daban la impresión de mas calor. Yo había salido de una gripe hacia poco y estaba sudando por todos los poros de mi cuerpo, parecía que me había meado en los pantalones, cosa que Fredi como buen ojeador y observador que es me comento: ¿Te meastes enano?.Encontramos un par de diques hechos por la naturaleza, parecían partidos por la fuerza del agua que corría por el barranco mucho tiempo atrás. Las piedras por donde discurría el agua estaban totalmente lisa por la erosión de la misma. Había que tener mucho cuidado en no resbalar. Y ¿sabéis que es lo que me paso?.¡Pues eso!. He visto gente haciendo barranquismo cuando el barranco viene cargado de agua y llegan prácticamente hasta la playa. El sendero empezó a perder toda su peligrosidad y caminábamos en llano. Estábamos llegando a la playa. Habíamos empleado unos cincuenta minutos. Auxi, Antonio yo nos entretuvimos haciendo unas fotos, mientras Fredi nos esperaba en la playa sentado en un callado comiéndose una fruta. Nos cruzamos con el sendero que va hacia Taganana, bajando a la playa, hacia la derecha. Lo cogeríamos mas tarde, luego de tomar unas frutas a la orilla de la playa. La playa de Tamadite, no es apta para el baño. Sus callados son de grandes dimensiones y si no baja la marea y el mar esta como un plato(........ .). Solo se encuentran dos casas por la zona. Una en donde comienzan los callados, rodeada por una especie de malla, o no se si son redes, con muchas bollas colgando y la otra subiendo el sendero hacia Taganana. En esta vivía una señora bastante mayor, que yo llamaba Doña Candelaria, pero no sé si aun vive. Detrás de nosotros empezaron a llegar numerosos senderistas sin intención de seguir a Taganana. La intención era la de bañarse en la playa. “Pos lo siento por ellos” Después de relajarnos un rato oyendo el batir de las olas contra la playa y de darle de comer a los lagartos (Fotos), empezamos a remontar la montaña por el marcado sendero. El calor se estaba haciendo insoportable. Llegamos a lo alto de la montaña en diez minutos, desde donde divisamos casi toda la costa de Anaga, hasta los Roques. El sendero es bastante suave de caminar con pequeñas bajadas y subidas que no te hacen sufrir mucho los cuadriceps ni las rodillas, pero los casi treinta grados que nos estaban pegando en la cabeza, nos estaba haciendo sufrir. No hay sombra en todo el camino, salvo alguna palmera solitaria que encontramos. Nuestras paradas cada vez se hacían mas habituales, yo había gastado prácticamente toda el agua y nos paramos a comernos la ultimas frutas que teníamos. “Coño con el senderito de los coj......, que se nos esta atravesando ¡Me cago en el jodido sol, tengo mojado hasta las botas!, ¡Jooodeeer!, ¡Ya podías haber cogido otro pateo enano!”. Las primeras casas hicieron su aparición. Lo mas que me llamaba la atención era la cantidad de lagares antiguos que habían labrados en la piedra. El sendero se convirtió en pista y un poco mas adelante vimos a un señor que se disponía a salir en su coche supuestamente hacia Taganana. Antonio: “¡Señor! ¿Por esta pista se va hasta Taganana?”. “Si hombre, caminas un ratito pa ya y llegas enseguida.....”.” Ya conocemos los ratitos, los poquitos y los pedazitos de mi gente de campo”. Justo enfrente de donde Antonio hablaba con el hombre, se encontraba un grifo de agua, con su vaso para beber, cosa que hice, pero de mi botella de agua que había llenado posteriormente. Desde aquí el roque de las Animas se veía un poco mas cerca, mientras el amigo Fredi había puesto pies en polvorosa sin previo aviso, como es habitual en el caballero. Los caseríos de esta zona son más antiguos que muchas de las casas de Taganana, algunos se ven un poco deteriorados por el paso del tiempo. Seria espectacular tener una casa por estos parajes, con sus grandes muros de piedra, sus tejas canaria, pilas de lavar hecha en la piedra, al igual que sus lagares, rodeado de palmerales y algún que otro drago, abundante por casi toda Anaga. Y como no, oyendo el ruido del mar, de la gaviota, del aire limpio y fresco que baja de los barrancos, colándose en los patios y entre las ventanas de las casas. Desde nos encontramos podemos divisar pegado a la costa un sendero, que no sabemos de donde viene y hasta donde llega. La pista se vuelve asfalto. Hemos llegado prácticamente a la parte alta de Taganana. Divisamos el cementerio del pueblo. El sendero se sigue marcando con señales hasta entrar al puentito que llega a la iglesia. Las calles de la parte alta de Taganana son super inclinadas y no son de asfalto sino de cemento, por lo que los dedos de los pies se te quedan como muñones, los cuadriceps y las rodillas, después del pateo bajo un sol que nos había machacado durante todo el camino, se nos aflojaban continuamente. Llegamos a la fuente que esta antes de llegar a la iglesia y allí me pare a beber agua. Cuando Auxi y Fredi se disponían a hacer lo mismo, Antonio les grito: “No beban de esa agua que el tanque esta lleno de lagartos y ranas y de cagadas de bichos”. Lógicamente a Fredi ni se le ocurrió beber, ya que el agua no estaba “filtrada”. Auxi, como siempre se partía de las risas al ver la cara que ponía Fredi con la broma de Antonio. Mientras los demás visitaban la iglesia yo, como buen ateo, o como me llamaba mi madre por no ir a misa “Ereje,” cogí rumbo a la tasca restaurante casa Picar y “Atraque el mostrador sin pedir practico”, pidiendo una cerveza bien fresquita.

Esta caminata no tiene perdida si no te sales del sendero, que esta muy bien marcado, desde Afúr hasta Taganana. Eso si, se puedes tardar con paradas para comer, hacer fotos, contemplar el paisaje y demás boberías y sin el sol que nos fundió a nosotros, aproximadamente unas cuatro horas.

Por aquí les dejo unas fotillas, lastima que el sol y la calima no me permitieran dejarlas mejor.






Sendero del barranco de Afur


¿Dique natural?

Playa de Tamadite





La casa de la playa

Fredi

Casa subiendo el sendero hacia Taganana

Subiendo el sendero


Roque de Las Animas con los Roques de Anaga al fondo
Resto de lagar hecho en la piedra




En la fuente de Taganana
Roque Negro
En la Tasca Picar



CARLOS ROJAS.

2 comentarios:

Begoña-Echeydas dijo...

"Casslo", como siempre leer tu post se me ha hecho tan ameno que me ha sabido a poco... Habrá gente que no los entienda, supongo que es aquella que cuando lee un libro no se mete en el con la necesaria profundidad...
Estan como put...cabras...¿como se les ocurre ir a patear con ese calor?. Si hasta la camisa de Fredi en el bar se ve empapada...
De todas formas...que les quiten lo bailado...que se les ve de un contento en el bar...
Sique así que vas por buen camino en lo referente a tus relatos. Ya verás el cambio del primero al ultimo...
Besitos compañero

Unknown dijo...

Antes que nada, quería agradecerte el blog la verdad que al leerlo me recordo muchisimo la vez que fuy yo con unos colegas. Pero bueno dejando las añoranzas es el primera pagian que veo que para descrivirte un sendero salen un poco de lo que seria las horas de duracion y el nivel de difilcultad
Un salido